Por lo general, cuando el flujo se aclara y deja de ser sanguinolento suele coincidir con el momento en que la perra comienza a ser fértil, pero eso no siempre es así. Para detectar el momento óptimo utilizamos métodos cuantificables que nos orientan a un servicio más eficiente.
Es por eso que a partir del día 7-8 del sangrado, comenzamos con el dosaje de PROGESTERONA, aunque el sangrado sea persistente.
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